El Kun ha protagonizo uno de los momentos más incómodos y desagradables de la Kings League. Es cierto que la competición requiere de espectáculo y ello implica que los presidentes tengan barra libre a la hora de expresarse. Sin embargo, deberían haber límites que no se tendrían que rebasar, porque cuando esto sucede, el espectáculo deja de serlo y provoca malestar en el espectador.
Al finalizar el partido entre Porcinos y Kunisports, con victoria del equipo de Ibai Llanos, se dio paso a la opinión de los presidentes, uno de los momentos más esperados del partido y donde se han producido muchas polémicas. La cabina de Ibai estaba más concurrida que nunca y contaba con la presencia de influencers latinoamericanos que había participado en el Partidazo de Youtubers. Uno de ellos era Will, streamer dominicano que destaca por su carácter irreverente y provocador, así que no desaprovechó la ocasión para buscarle las cosquillas al Kun y le llamó llorón. Podemos debatir si estuvo acertado Will a la hora de provocar a un presidente que acaba de perder un partido importante. En mi opinión, creo que se pasó y más cuando vio que Agüero no se tomaba nada bien el comentario.
Sin embargo, lo que no es justificable es la reacción desproporcionada del argentino, que insultó y amenazó al creador de contenidos de origen dominicano, utilizando un lenguaje malsonante y de mal gusto. Podría entender esta reacción si el Kun fuera un presidente que se alejara de polémicas, pero estamos ante uno de los presidentes más díscolos de la competición y que ya ha tenido varias polémicas durante la Kings League, como cuando insultó a la directiva del Sants por apartar del equipo a Ubón. Parece que a Agüero solo le gusta el espectáculo cuando es él quién provoca a los demás, en cambio, si es la víctima no le va tan bien.
Otro detalle a destacar es que el Will se disculpó con Agüero en varias ocasiones tras el incidente, desde las cabinas de Ibai y DjMariio, así como también escribió un tuit pidiendo perdón. En cambio, el Kun no se manifestó acerca de lo ocurrido, un detalle que no hace más que confirmar que se pasó de frenada.